Contabilidad emocional

26.01.2011 19:32

 

La clase en turno era contabilidad, que además teníamos toda la semana; no era nada fácil, ya esa hora, recibir esa dosis de cargos y abonos, términos financieros difíciles de comprender, sobre todo para quienes, como yo, no sabíamos nada de administrar recursos, cuando incluso no tienes un centavo de más en la bolsa. Logré entender por fin, después de casi un año de explicaciones, lo que significaba en realidad eso que los contadores llaman la partida doble. Curiosamente, más que comprender una técnica, pude asimilar una filosofía de vida y aun cuando pocas veces practiqué la contabilidad, sí pude, en cambio, mantener un claro sentido de las relaciones humanas para mi vida. Seguramente el maestro Pacioli estaría orgulloso, si se enterara en la otra vida, para qué sirve su famosa técnica contable creada en 1340, la cual plantea que para aumentar la riqueza de una cuenta hay que realizar depósitos y para restarla simplemente hay que hacer retiros, al igual

que en una cuenta de cheques. Al escuchar la explicación del profesor resultaba bastante lógico que para poder retirar era necesario primero depositar, tener saldo a favor, al igual que un banco no me podría liquidar un cheque si careciera de fondos. Me imaginé la aplicación de este concepto a la vida cotidiana y en forma metafórica abrí una cuenta de cheques con las personas con las que tenía alguna relación. Por ejemplo, en la cuenta de mis padres visualicé que los depósitos eran mi reconocimiento hacia ellos, atenciones, ayudarles en casa, cooperar en las reuniones, y en cuanto a retiros, pensé en las ocasiones que me encargaron una tarea, y que por olvido o desidia no la realicé, llegar más tarde de lo acostumbrado o cualquier otra falla voluntaria e involuntaria que pude cometer. Creo que algunos de mis compañeros se han dedicado sólo a retirar creando únicamente problemas a sus padres y nunca realizan ningún depósito. Uno de ellos me comentó que al momento de anunciar en su casa que se iba, su papá contestó: " ¡Uf, por fin, que te vaya bien!" En términos contables estaba en saldo rojo, es decir, no tenía fondos a favor, su cuenta estaba agotada, sobregirada y la noticia en lugar de entristecerlos les dio bastante gusto. Continué en mi imaginación aplicando la partida doble en todos los roles existenciales. A nivel pareja es necesario, para mantener fresca la relación, realizar depósitos constantemente, atenciones, sorpresas, apoyo, comprensión, tolerancia, paciencia, caricias; porque, se quiera o no, los retiros se dan, alguno de los dos se olvida del aniversario de bodas, de felicitarlo en alguna fecha especial. Llegar tarde a una cita, encolerizarse aparentemente sin justificación, pronunciar palabras ofensivas, serían, entre otras muchas, formas de restar. Cuando solamente se han recibido retiros y ningún depósito, la ruptura es inevitable; así, en forma similar, en la amistad es necesario incrementar el capital emocional, si deseamos tener amigos para toda la vida debemos ocuparnos constantemente de depositar afecto, buen trato, reconocimiento a la gente que amamos.

 

Aquella noche, cuando la clase concluyó, me despedí de mis compañeros y decidí no tomar el autobús, caminé el trayecto a casa, dos horas reflexionando que la mayoría de las personas deseamos ganar más, y esto no solamente desde el punto de vista económico sino también afectivo. ¿Quién no desea tener una mejor relación con su familia, pareja, amigos, es más, con uno mismo, internamente tener menos conflictos y poseer paz interior? Efectivamente, todos queremos ganar más, pero cuántos estamos dispuestos a invertir para acrecentar nuestro capital emocional. Decidí aquella noche que todos los días realizaría mi balance personal y lo haría en forma comparativa con el día anterior. Mi objetivo: que mis depósitos no dejaran de crecer, y me hice el propósito de evitar, lo más que pudiera, realizar retiros, y en caso de que sucediera, buscar depositar por lo menos el doble de lo retirado.

Desde aquella clase de contabilidad mi vida cambió. Y ahora que han pasado varios años, me doy cuenta de que la contabilidad emocional sí funciona. A nivel personal ha sido muy gratificante acrecentar mis valores personales, reforzar mis creencias. En los momentos críticos que he vivido, me ha salvado mi fortaleza espiritual; mis depósitos han dado grandes intereses.